NUEVA FECHA . . . 3 de abril
¡Tendremos una semana más! para que podamos avanzar en nuestra lectura
Los libros más prestados de García Márquez en la Biblioteca Ludwig von Mises
Cien años de soledad
Breve obra maestra, esta desolada novela corta ha sido reconocida como el primer triunfo en la trayectoria narrativa de Gabriel García Márquez. Tocada apenas por la fatasía, la historia del coronel veterano de una guerrra concluída quince años atrás, quien espera la pensión que habrá de sacarlo de la miseria junto a su esposa enferma, es un profundo canto de esperanzas perdidas que nos sumerge en la atmósfera opresiva de un tiempo ya ido, cuando en América Latina emergía apenas la modernidad entre los restos humeantes del siglo XIX.
El coronel no tiene quien le escriba
El coronel no tiene quien le escriba fue escrita por Gabriel García Márquez durante su estancia en París, adónde había llegado, a mediados de los cincuenta, como corresponsal de prensa y con la secreta intención de estudiar cine. El cierre del periódico para el que trabajaba le sumió en la pobreza mientras redactaba en tres versiones distintas esta excepcional novela, que luego fue rechazada por varios editores antes de su publicación. Tras el barroquismo faulkneriano de La hojarasca, esta segunda novela supone un paso hacia la ascesis, hacia la economía expresiva, y el estilo del escritor se hace más puro y transparente. Se trata también de una historia de injusticia y violencia: un viejo coronel retirado va al puerto todos los viernes a esperar la llegada de la carta oficial que responda a la justa reclamación de sus derechos por servicios prestados a la patria. Pero la patria permanece muda...
El amor en los tiempos del cólera
De jóvenes, Florentino Ariza y Fermina Daza se enamoran apasionadamente, pero Fermina eventualmente decide casarse con un médico rico y de muy buena familia. Florentino está anonadado, pero es un romántico. Su carrera en los negocios florece, y aunque sostiene 622 pequeños romances, su corazón todavía pertenece a Fermina. Cuando al fin el esposo de ella muere, Florentino acude al funeral con toda intención. A los cincuenta años, nueve meses y cuatro días de haberle profesado amor a Fermina, lo hará una vez más.